Se cree que la escritura tibetana fue inventada por Thonmi Sambhota hace mucho tiempo. Según la tradición tibetana, el rey Songtsen Gampo envió a Thonmi Sambhota a la India en el año 632 con otros jóvenes para aprender un alfabeto que se convertiría en el alfabeto devanagari utilizado actualmente en sánscrito, pali, hindi y nepalí. El modelo elegido fue la escritura cachemira. Parece asombroso que en el espacio de unas pocas décadas no sólo se inventara el alfabeto tibetano, sino que la escritura se adaptara a la lengua tibetana con una ortografía muy compleja y se utilizara para escribir documentos.

En aquella época, los tibetanos se sintieron muy atraídos por el budismo de la India y decidieron introducir el dharma de Buda en el Tíbet. Empezando por Thonmi Sambhota, tradujo todos los principales textos budistas disponibles en sánscrito. Hoy en día, se cree que los tibetanos disponen de más recursos para aprender el budismo Mahayana que cualquier otra lengua. Por eso, muchas personas de todo el mundo aspiran a aprender la lengua tibetana por una razón.

Aparte de estos elementos históricos, el tibetano es un idioma precioso. Contiene siete hermosas fuentes diferentes que parecen escrituras completamente distintas y cada escritura tiene una historia detrás de cómo se creó. Los tibetanos consideran que las letras tibetanas son muy sagradas, por eso nadie tira papel que contenga letras tibetanas. Incluso si a alguien se le cae accidentalmente un libro de las manos, lo recoge rápidamente y se lo pone en la cabeza en señal de disculpa.